Sopla, sopla


Ahí estaba yo. De pie, en estado de shock.

La ventana de mi habitación abierta y todos los apuntes volando hacia el exterior.

- ¡No puede ser, no me puede estar pasando esto a mí!

Durante unos breves instantes no he podido reaccionar, y en cuanto me he dado cuenta de lo que estaba pasando ya era demasiado tarde. Más de la mitad de todos los apuntes del cuatrimestre se habían huido por la ventana para no volver nunca nunca más. No pude evitarlo y del grito que he dado, el pobre Gazapo (al que he terminado por cojer cariño) ha salido corriendo a esconderse debajo del sofá.


- ¿¿¿¡¡¡Quién ha abierto la ventana de mi habitación!!!???

Y enseguida (por decir algo) se ha presentado Alberto en mi cuarto con una parsimonia digna del caracol más cansado del mundo.

- Uy, ¿qué ha pasado? Parece que haya pasado por aquí un gremlin.

- Pues no, mira que a mí me recuerda más al tornado de El mago de Oz. ¿Tú has abierto mi ventana?

- Qué va tía, yo estaba haciendo la siesta, que me ha despertado tu grito de nena histérica.

- (¬¬) ...


Y en ese momento tan simpático, ha llegado Estrella a casa y la he fulminado con la mirada.

- Esto... Estrella cariño, ¿has abierto antes mi ventana?

- Ah sí, es que Gazapo se había hecho pis en tu cuarto y la he abierto para que no oliera tanto.


- ¡¡¡Yo te mato!!! ¡Todos mis apuntes han salido volando! ¿Cómo estudio yo ahora, si se puede saber?

- Ay mujer, cómo te pones. Pues se los pides a alguna de tus súperamigas y tan tranquilos todos.

- ¡Es que me sacas de quicio!


Y acto seguido me he encerrado en mi habitación y he llamado a Pili para que me consolase un poquito. Me ha prometido que mañana nos vamos de compras para que se me vaya el disgusto.


Y es que es tan genial esto de compartir piso...

No hay comentarios: