Pesadilla pre-exámenes


Hay una precios época que los estudiantes amamos profundamente. Se trata ni más ni menos que de los odiosos días de exámenes.


Cierto es que son apenas cinco o seis jornadas de pruebas, pero en apenas unas horas tenemos que demostrar que no hemos estado haciendo el vago durante cuatro cortísimos meses, lo cual es (en la mayoría de los casos) inevitablemente cierto. Nada que ver conmigo, yo estudio todos los días y me hago un súperplaning organizatuvo perfectamente calculado para que no me pille nada por sorpresa. O al menos así era hasta este año. Siempre he sido una buena estudiante, casi modelo, diría yo {en más de un sentido ;)}, sin embargo, este curso no sé qué me ha pasado que me descentrado mucho, y a falta de tres semanas para los exámenes me faltan apuntes, no he mirado ningún temario, ni me he organizado el tiempo de modo alguno. Entrar en mi antaño glamourosa habitación es internarse en un mundo en el que gobierna el caos organizativo, entre folios en blanco y carpetas llenas de fotocopias que algún día hice con la mejor intención del mundo y he ido acumulando inconscientemente.


En fin, que ya me veis, preocupadísima porque es la primera vez que no estoy absolutamente segura de que me he esforzado lo suficiente como para sacar las mejor nota (justo lo que se espera de mí). Y pensar que mis dos compañeros se han pasado el día sin hacer nada... Qué injusto es el mundo.


Vanesa

No hay comentarios: