¡Y qué más nos puede pasar?

No ganamos para sustis.

Esta mañana acabadita de levantar iba yo felizmente al encuentro de mi sesión de belleza diaria (esta piel necesita cientos de cremas carísimas) con ducha incluida. Y cuál ha sido mi sorpresa cuando al abrir el grifo del agua caliente ¡se ha quedado en mi mano! He sufrido un shock momentáneo ¿cómo era posible que todas estas horribles horribles cosas me estuvieran pasando a mí? Nada he hecho para merecerlo ¡si hasta dono la ropa de la temporada pasada a instituciones benéficas! Y eso sí que es ser buena persona. Dónde se ha visto que un pobre vista pantalones de Ralph Laurent si no fuera por mi desinteresada ayuda...

Pero bueno, el caso es que ahí estaba yo, delante de la ducha, con un grifo en la mano y totalmente estupefacta. Mi grito de sorpresa y horror ha despertado a Alberto, que ha venido en mi ayuda (por enésima vez). Evidentemente Estrella nisiquiera se ha molestado en venir a ver qué sucedía, claro, como ella no utiliza la ducha... El pobre chico ha hecho de manitas y de psicólogo improvisado. Pensándolo bien incluso es simpático, a pesar de ese pelo largo y sucio que tiene.

Hoy me he ganado al sesión semanal del spa a marchas forzadas. Masaje de chocolate, baño de algas japonesas y baño turco, no necesito nada más para volver a estar impecable. Y todo por solo 80€. Perfecto.

PD: adjunto foto del grifo en cuestión. Por la pinta que tiene yo diría que del siglo XIX como poco. ¿Apuestas?

1 comentario:

Enzo Buonfiglio dijo...

Video: UV vs Plan de Bolonia. Imágenes que grabé el jueves en la manifestación. Deja tu comentario u opinión.

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